lunes, 31 de marzo de 2014

NUESTROS RELATOS

Yo era un niño normal hasta aquel incidente. Aquel día vi un extraño artefacto. Cuando intenté cogerlo choqué contra algo. Era una especie de pared que protegía el objeto. No me di cuenta, pero detrás de mí había unos agentes de la C.I.A. Me dijeron que me fuera, que aquel artefacto era alienígena.
Me alejé de allí pensando en esas palabras : " alienígena", " alienígena"...
Vi ese extraño ser, y ese ser me agarró. Estaba confundido. No me atacó. Me contó que estaba huyendo de los agentes, y que tenía miedo. Entonces, yo le ayudé. ( ANGEL)

A mí, un día me cambió la vida por completo cuando mis padres me dijeron que se iban a divorciar. 
Yo me sentí triste y no pude parar de llorar. De repente, escuché un dulce maullido y salí a ver lo que sucedía. Delante de mí se encontraba un lindo gatito solitario y pensé:
- Este felino se parece mucho a mí porque va solitario por el mundo sin nadie que le guíe.
Entonces sentí compasión por él y lo cogí. Eso fue lo mejor que pude hacer, porque él tenía el poder de la unión. Yo no lo supe hasta que mis padres, solo con verlo, empezaron a sentir el mismo amor que sintieron el día de su boda.
Hoy, ya tengo 25 años, y mis padres siguen casados. Ese gato, cuyos poderes unían, está por todo el mundo, haciendo que la gente vuelva a amarse como lo hacían.    ( ANTONIO)

Estaba sentada en la verde hierba, tranquila, disfrutando del agradable viento que acariciaba mi rostro. De repente, me empecé a sentir rara. Me cayó una gota de agua en la nariz y escuché un trueno. Cada vez llovía más, pero yo estaba tan a gusto en aquel bonito campo que no me apetecía levantarme. Decidí buscar refugio y encontré una mansión. Estaba oscura y había estatuas de gárgolas por todas partes. Sentí miedo y me daba la sensación de que estaba sola en ese mundo. Las piernas me flojeaban y no era capaz de estar de pie. Aquel lugar era extraño y quería salir cuanto antes. ( NEREA T )

Yo era una pequeña niña llamada Susana. Me crié en los oscuros barrios de Madrid, triste con mis dos hermanos. Yo creía que mis padres iban a venir a buscarnos después de la escuela, pero no fue así. Esperamos minuto tras minuto, hora tras hora, hasta que nos dimos cuenta de que nuestros padres nos habían abandonado.   ( CARMEN)

Un día, mis padres fueron al campo con sus amigos. Los amigos llevaron a sus hijos y decidimos jugar al escondite. Yo me alejé demasiado y me perdí. Anocheció. Yo estaba asustada y pensaba que no debí haberme alejado tanto.
Yo sabía que mis padres estarían muy preocupados, así que me senté al lado de un alcornoque y esperé.
De repente, vi una luz a lo lejos que cada vez se acercaba más y más. Cuando estaba muy cerca de mí, me di cuenta de que era un coche:
- ! Natalia! ! Estábamos muy preocupados!  Era mi madre.     ( NATALIA D )

Toqué y me abrió Harry. Entré sin hacerle caso. ! Qué mal me caía! Pasé de él y me senté con los demás. Todos los de la sala estaban enfermos excepto Harry, que era nuestro salvador. Él no sabía lo que era  estar 24 dichosas horas  pegada a una bombona de oxígeno. Nuestro único objetivo era sobrevivir. Miré a los ojos cansados de mis compañeros, y unos ojos color miel me miraron y me hipnotizaron.    ( LUCÍA V)

Era un bonito día de otoño, y yo estaba en el campo disfrutando del maravilloso sol que había. Estaba muy nerviosa, y a la vez un poco triste. No sabía cómo expresar mis sentimientos. Iba a conocer a esa persona... ¿ o tal vez no?
Me puse a hacer unas pulseras, para ver si me daba suerte, y al llegar la noche, esa suerte apareció. Lo conocí. Estaba supercontenta. Fue algo... maravilloso. ! Nunca lo olvidaré   ( IRENE)

Estaba alucinado por lo ocurrido. Me tumbé en la cama, recordando. Todavía estaba afectado y muy apenado.
En el interior del submarino todo parecía normal hasta que el agua comenzó a romper los cristales con la ayuda de un gran tiburón. Mi amigo, presa del pánico, comenzó a nadar y pronto fue fácil objetivo de aquella bestia, y en pocos segundos, todos lo seríamos.    ( ALEJANDRO)


- ¿Por qué, mamá?- le pregunté muy enfadado- ¿Por qué nos tenemos que mudar?
Mi madre se quedó pensativa.
- Nos tenemos que mudar para ayudar al tío a pasar el mal rato- me contestó efímeramente.
 Entonces le dije:
- !Pero yo quiero quedarme en la ciudad!      ( FELIPE)


Aquella tarde me desperté en aquella habitación oscura y tardé en acostumbrarme a aquellas tinieblas. De repente, oí unos pasos que venían hacia mí. Me asusté y me escondí detrás del armario.
Abrieron la puerta y sentí miedo.! Era mi tía, que venía a despertarme de la siesta!       (AINARA)

Yo era un niño al que le gustaba jugar a fútbol, pero un día me rompí los ligamentos de la rodilla y no pude volver a jugar en mucho tiempo. Aquello me hizo darme cuenta  de que el fútbol era peligroso y arriesgado.    (DANIEL)

Estaba yo una noche jugando al Slender y de repente...! se fue la luz!. Llamaron a la puerta, pero cuando la abrí, no había nadie. Al volver a la sala el ordenador estaba encendido, como si hubiera un ser dentro de él. Seguí jugando, pero éste se apagó. Y de repente... ! volvió la luz!
¿Será ésta la maldición del Slender?     ( JOSE V)

No se lo quise decir a mi padre. Pensaría que estaba loca, pero una noche que me quedé despierta, sonaron ruidos por el pasillo. Pasos lentos. Mi sangre se congeló. Cada cinco segundos se oían dos pasos. Me escondí detrás de un sofá que había en mi cuarto. De repente, se abrió  corriendo. Entonces vi aquel rostro.    (LUCÍA R)


Soy un niño alegre. Me encuentro muy bien con mis padres. Quedo con mis amigos por las tardes. Estudio 30 minutos, y después voy a buscar a mis amigos.  ( ALEX)

La primera vez que llegué, me di cuenta de que era todo muy bonito, pero mientas iba creciendo pensaba: ¿ Por qué me tuve que venir aquí? ! No hay oportunidades para estudiar!. Después de pensarlo me dije a mí misma que me tendría que mudar a otro lugar. Y eso fue lo que hice. (NEREA O


Yo era un niño al que le gustaban mucho los perros. Un día, mi perro desapareció. No sé dónde fue ni cuando volverá. Estoy triste, abatido....
Mis padres me animaron, pero yo no me olvidaba de él.  (ERIK)


Yo era una niña pequeña. Cuando llegué a mi fiesta de cumpleaños estaba muy contenta. Al entrar en mi casa, sonó un ruido. ¿Qué sería? Me pregunté. Allí había una zona oscura, y en ella un perrito de color blanco con manchas. Le pregunté a mi madre si me lo podía quedar y aceptó.
Cuando se hizo mayor, nos rompía de todo, ropa, zapatillas... No sabíamos qué hacer.
Mi padre dijo que no podíamos seguir así y decidimos llevárselo a mi tía, pero todos los días iba a verlo.   ( NATALIA C)



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